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Evaluación de cargas críticas: ¿Qué aplicaciones no deberías mover a Azure?

Escrito por Nicolas Echavarria | 02-jul-2025 15:42:17

La evaluación de cargas críticas es un proceso fundamental antes de migrar sistemas a la nube. No todas las aplicaciones ni bases de datos están listas para pasar a Azure, y una planificación estratégica puede evitar problemas de latencia, incumplimiento o interrupciones operativas.

Criterios clave para una evaluación efectiva

Antes de decidir migrar cualquier carga de trabajo a Azure, es esencial analizar factores como la dependencia de hardware específico, la ubicación de los centros de datos, los requisitos de latencia y las necesidades regulatorias. Un enfoque bien planificado garantiza que solo las aplicaciones aptas pasen a la nube, mientras que las que aún no lo están permanecen en entornos on-premises.

Un ejemplo común son las bases de datos transaccionales con alta exigencia de alta disponibilidad y latencia ultra baja. En muchos casos, su migración puede provocar problemas de rendimiento si no se contemplan zonas de disponibilidad adecuadas o un servicio gestionado con latencia garantizada. En contraste, los servicios web de front-end o los microservicios desacoplados suelen adaptarse mejor a Azure App Service, AKS o infraestructuras escalables.

Sensibilidad operativa y requisitos regulatorios

Las aplicaciones relacionadas con datos sensibles, donde la seguridad de datos y el cumplimiento normativo son críticos, requieren análisis adicionales. Por ejemplo, sistemas que almacenan información regulada deben garantizar el cifrado en reposo y en tránsito, acceso controlado y registros de auditoría. Si una carga depende de hardware on-premises o de ubicaciones geográficas específicas para cumplir con la normativa, es posible que aún no esté lista para una migración a Azure regiones públicas.

Dependencias de hardware y orquestación

El uso de hardware especializado, como aceleradores GPU, sistemas de almacenamiento local o appliances físicos, puede complicar la migración. Para cargas con dependencias de infraestructura específica —como sistemas SCADA o control industrial— puede ser más efectivo mantenerlas en centros de datos locales o en una solución híbrida, en lugar de migrar a una infraestructura IaaS en Azure con hardware genérico.

Latencia, conectividad y experiencia de usuario

Cargas con requisitos estrictos de latencia —como apps transaccionales en tiempo real— pueden verse afectadas por la ubicación de la región, el tipo de red virtual y la disponibilidad de enlaces dedicados. Si los usuarios tienen sede en una región sin zona de disponibilidad Azure cercana, la experiencia puede deteriorarse. Antes de migrar, se debe evaluar la conectividad, puertos, IP estáticas y la configuración de balanceadores de carga que garanticen baja latencia y alta disponibilidad.

Seguridad y control de acceso

Aplicaciones que requieren controles de acceso muy estrictos, como autenticación basada en hardware, sistemas legacy con control granular o configuraciones de Active Directory locales especializadas, pueden no funcionar correctamente cuando se trasladan a Azure Active Directory. En estos casos, es preferible migrar primero servicios con acceso federado o autenticación multifactora, y analizar la viabilidad de replicar políticas on-premise en entornos híbridos.

Complejidad y ciclo de vida de la migración

Cargas extremadamente críticas o complejas, con arquitecturas monolíticas, integraciones profundas o ciclos de vida largos, son candidatas a migraciones por fases. Las pruebas de carga pre-lanzamiento son fundamentales para detectar problemas de rendimiento. En estas situaciones, es más prudente mantener la carga on-premises mientras se redefine su arquitectura para aprovechar mejor microservicios y servicios PaaS de Azure. Una migración planificada en fases reduce riesgos, tiempo de inactividad y asegura integraciones robustas en el futuro.

Impacto en procesos DevOps y operación continua

Las cargas que dependen de pipelines DevOps personalizados, herramientas de orquestación on-premise o patrones de CI/CD muy integrados pueden enfrentar dificultades al migrar directamente. Sin una estrategia clara de replicación de entornos, monitorización (como Application Insights y Log Analytics) y orquestación, podría interrumpirse la entrega continua. Para facilitar esta transición, se recomienda evaluar la adaptabilidad de entornos de desarrollo, staging y producción antes de llevar a cabo una migración completa.

Orquestación y pruebas de recuperación

Las cargas críticas deben integrarse con políticas de copia de seguridad, recuperación ante desastres y conmutación por fallo. En algunos sistemas on-premise, estas operaciones están muy afinadas. Al migrarlos, debes replicar estas prácticas utilizando soluciones de Azure, como Azure Site Recovery o Azure Backup. Si esto resulta complejo o costoso por dependencia del hardware local, dejar esas cargas on-premises puede ser la opción más segura hasta que se rediseñen adecuadamente.

Enfoque estratégico para no interrumpir operaciones

La evaluación de cargas críticas no solo aporta visibilidad sobre qué migrar a Azure, sino también cómo hacerlo sin afectar procesos clave. Aplicaciones de back-office o de soporte menos sensibles —como reportes o workflows administrativos— suelen ser candidatas óptimas para la nube, ya que permiten comenzar a capitalizar beneficios de escalabilidad, automatización y reducción de centros de datos. Al priorizar estas cargas, la organización mitiga riesgos e impulsa aprendizaje en paralelo para migrar sistemas más complejos.

Beneficios de una migración meditada

Quienes realizan una evaluación de cargas críticas desarrollan una migración más segura, eficiente y económica. Al identificar qué quedarse on-premise y qué mover a Azure, se logran varias ventajas:

  • Menor tiempo de inactividad y costos asociados.
  • Reducción de penalidades por SLA mal diseñados.
  • Mejora sostenida en seguridad y cumplimiento.
  • Uso más eficiente de servicios cloud que escalan conforme cambian la demanda.

¿Cuál es la mejor estrategia para su organización?

La evaluación debe estar liderada por equipos de arquitectura, seguridad, operaciones y finanzas, incluyendo stakeholders clave. El resultado será una clasificación de cargas según su criticidad y preparación para la migración, con recomendaciones de estrategias: “lift-and-shift”, refactorización o reemplazo por servicios nativos de Azure (PAAS, AKS, Functions).

Esta hoja de ruta permite priorizar migraciones que generen impacto inmediato sin arriesgar sistemas críticos.

Conclusión

La evaluación de cargas críticas es la base de una migración efectiva a Microsoft Azure. No se trata de moverlo todo por hacerlo, sino de priorizar cargas que aporten valor mientras se protege aquello que aún no está listo. Con esta aproximación, las organizaciones aceleran su adopción de la nube, reducen riesgos operativos y extraen beneficios de servicios de Azure de forma segura y sostenible.

¿Quieres ayuda para guiar esta estrategia en tu empresa? Con nuestro servicio de Azure Managed Services, le ayudamos a evaluar, planificar y ejecutar migraciones seguras de cargas críticas, garantizando que cada aplicación se aloje donde realmente aporta valor.